El hambre en su contexto

14.12.09

Es habitual que cuando se habla del hambre se tienda a ver como una especie de desgracia, como un desastre colosal, una fatalidad terrible del destino. Quizá sea lo normal cuando está alcanzando una magnitud tan colosal en nuestros días: ¿quién puede atreverse a pensar que detrás de la muerte diaria de 30.000 personas puede haber algo más que eso, cómo creer que alguien puede estar causando semejante atrocidad?

Sin embargo, Jean Ziegler, el anterior relator de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, que sabía bien de lo que hablaba, expresó muy rotundamente lo que es el hambre: "un crimen organizado contra la humanidad".

Me parece que no es posible llegar a otra conclusión si se conoce lo que hay a su alrededor, cómo funcionan de verdad los mecanismos comerciales y las instituciones y políticas de las que depende que los seres humanos más vulnerables del planeta puedan acceder o no a los recursos con los que pueden alimentarse. Y para conocerlos basta quizá con ir leyendo año a año los informes que van presentando los relatores de las Naciones Unidos, los informes de la FAO, por más que caigan en saco rato también un año detrás de otro.

Los factores que están haciendo que mueran 30.000 personas de hambre cada día, que solo en 2009 el número de hambrientos haya aumentado en 100 millones de personas, no son difíciles de descubrir y entender.

En primer, influye de modo muy determinante la dificultad que tienen millones de personas para acceder a recursos que están a su lado, que deberían ser suyos pero cuyo uso le está vedado. De hecho, no puede pensarse que el hambre sea algo que se padece exclusivamente en países radicalmente pobres sino en los que a pesar de disponer en algún momento o ahora mismo de recursos suficientes no pueden ponerlos al servicio de sus ciudadanos. Unas veces es la tierra, otras el agua y últimamente las semillas, es decir, lo recursos más básicos que poco a poco van acumulándose por los grandes propietarios o empresas multinacionales.

Los informes de las Naciones Unidas viene poniendo claramente de manifiesto que el reforzamiento de los derechos de propiedad que reclaman, con éxito, los grandes propietarios y empresas, solo sirve para que éstos aumenten su poder de mercado y para que aumenten los precios de los insumos, lo que aleja a los pequeños campesinos de la posibilidad de garantizar la mínima seguridad alimentaria a sus poblaciones. Y que la extensión continua de los derechos de propiedad a nuevas variedades de semillas está verticalizando la cadena alimentaria, de modo que los pequeños productores cada vez tienen menos autonomía y posibilidades de orientar la producción hacia la satisfacción de las necesifdades de su entorno. Además de fomentar el monocultivo que proporciona altos réditos comerciales pero pocos recursos alimentarios a las poblaciones.

Los informes internacionales también denuncian sin mucho éxito cómo el acceso al crédito, especialmente de las mujeres (que producen más de la mitad de la producción alimentaria mundial, y entre el 80 y el 90% de la de los países más pobres, pero que solo reciben el 10% de a financiación dirigida a la agricultura) se restringe cada vez más, cuando eso se podría resolver con una milésima parte de lo que se ha dedicado a salvar a los bancos que han provocado la crisis financiera.

Las relatorías vienen denunciando desde hace años que la regulación en la que se mueven las grandes compañías multinacionales, por llamarla de algún modo, es extraordinariamente lesiva para el derecho a la alimentación de los seres humanos precisamente porque en ningún caso hacen valer este derecho ante cualquier otro privilegio comercial.

Y de un modo particularmente expreso se ha demostrado que las condiciones en que se desenvuelve el comercio internacional impiden que se pueda satisfacer ese derecho porque está pensado, en el mejor de los casos, para que genere rendimientos a nivel agregado, como ganancias del sistema de comercio en su conjunto, y a largo plazo, pero no en términos de proporcionar ganancias a las personas concretas y en relación con su capacidad efectiva para poder alimentarse. Y también han puesto de relieve que las políticas liberalizadoras están produciendo una mayor concentración de la producción, más monocultuvo y expulsión de los pequeños productores porque para que puedan redundar en un más efectivo derecho a la alimentación sería necesario que se pudiera proteger la producción dedicada a la provisión autóctona y que se garatizara la diversidad. Lo que no se permite a los más pobres y débiles de la cadena de la producción alimentaria, aunque sí a los más ricos.

También es cada vez más evidente que, si bien es verdad que la producción agroalimentaria necesita formas de financiación específica a nivel nacional e internacional, la vinculación hoy día existente entre los canales de financiación y los mercados financieros especulativos solo está sirviendo para alimentar la ingeniería financiera, las burbujas y la inseguridad alimentaria. Solo basta entrar las páginas web de cualquier entidad bancaria o de inversión financiera para comprobar lo habitual que es la oferta de productos de ahorro destinados a rentabilizar la subida de precios de los productos alimenticios que así quedan cada vez más lejos del poder adquisitivo de millones de seres humanos. No nos engañemos: ese dinero mata.

El nuevo relator de las Naciones Unidas, el belga Olivier de Schutter (quien según sus propias palabras solo dispone de un presupuesto para dos a tres misiones internacionales por año, de un asistente en Ginebra que lo apoya administrativa y logísticamente y que no recibe ninguna remuneración añadida a la de su sueldo como profesor en Bélgica), también ha sido bastante claro al poner de relieve el daño que la producción de biocombustibles está produciendo a la hora de disfrutar del derecho básico a alimentarse. En su opinión, la política de Estados Unidos y de la Unión Europea en este campo es "irresponsable" y el despliegue de los biocombustibles "un escándalo que sólo sirve a los intereses de un pequeño grupo de poder".

En sus informes al Secretario General la relatoría viene también manifestando que el problema de fondo que está provocando el hambre en el mundo es que los Estados "no respetan" el derecho a la alimentación, no solo porque sus políticas no se encauzan por vías que pudieran hacer efectivo su disfrute sino que, para colmo, ni siquiera respetan sus compromisos de ayuda.

En junio de 2007 se celebró una Cumbre mundial sobre la crisis alimenticia en la que los países poderosos se comprometieron (como en tantas otras) a destinar recursos para combatir el hambre. Cuando a finales de 2008 presentaba el Informe Anual de la FAO, su director Jacques Diouf, declaraba que su organismo no "ha visto un dólar de los 11 mil millones que fueron prometidos por algunos países al final de dicha cumbre". Y eso en un periodo en el que, como ya he señalado, esos mismos gobiernos dedicaron cientos de miles de millones de euros a salvar a bancos y banqueros irresponsables.

Por eso resulta cada vez más evidente que combatir el hambre es evidentemente un asunto económico, en el sentido de que es preciso que funcionen mecanismos de asignación y provisión que garanticen producción suficiente y una distribución efectiva. Pero también, y sobre todo, que la principal dificultad para ponerlos en marcha es política. La causa del hambre es una distribución muy asimétrica del poder y de las capacidades de decisión y la vía para acabar con esa plaga no pueden ser otras que invertir ese equilibrio. En una dimensión que puede parecer más microescópica, así lo señala el último informe de la FAO sobre El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2008 cuando afirma que para acabar con el hambre y la desnutrición infantil hace falta reducir la desigualdad de poder entre hombres y mujeres.

Por extensión, lo necesario a nivel global para combatir el hambre es invertir el equilibrio de poder, reconocer el derecho a la alimentación como plenamente exigible y anteponerlo a cualquier otro y evitar que su disfrute esté constantemente amenzado por una lógica comercial y financiera que, además de injusta, es completamente insostenible.


Juan Torres López es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla, colaborador habitual de Rebelión, editor de www.altereconomia.org y miembro del Consejo científico de ATTAC-España. Su web: http://www.juantorreslopez.com/


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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Yosmari,

Te envie varios correos hace algún tiempo para corregir el enlace a mi página desde el apartado de [+/-]directorios, como no se si lo miras con regularidad se me ha ocurrido mandarte este mensajito para ver si hay suerte y podemos ponernos en contacto.

Muchas gracias y Felices Navidades.
Un saludo,
Sara

Equipo de Bitácora (M-L) dijo...

El hambre y la pobreza es el genocidio olvidado y sistemático que urde el capitalismo sobre la humanidad…

Lucas Blanco Acosta dijo...

SE HALLÓ VIDA EN EL PLANETA MARTE


La sonda espacial Espirit enviada por los norteamericanos al planeta Marte descubrió marcianos aún con vida, fueron encontrados cerca del polo sur de este planeta; lográndose fotos y videos sorprendentes. Asombraron el estado de indigencia y mal vivir de los mismos extraterrestres, aún más, al decodificarse el lenguaje de los alienígenos se logró intercambiar información valiosa con nuestro planeta. Ellos explicaron que actualmente apenas constituían un pequeño resto de toda la prospera y extensa civilización que habitaba antes en el planeta.

Que habían logrado salvar sus vidas gracias a que descubrieron las estratagemas de los marcianos más honorables del planeta, que resultaron ser los dueños de la banca marciana y las corporaciones mercantiles. Siguieron explicando, que aquellos, como dueños del dinero del planeta, también se creyeron amos de todos los marcianos y sus propiedades. Así, estos marcianos continuaron contando, que sus encumbrados ancestros, de los cuales hoy en día denigran, detrás de bastidores trazaron un plan económico y geopolítico, erróneo y egoísta; el cual consistió en no permitir cambios relevantes ni competitivos en sus cautivos mercados, que estaban entre las naciones marcianas.

A través de siglos conspiraron secretamente contra todas las monarquías marcianas, estableciendo asambleas legislativas y diversos feudos y señoríos para debilitarlas, pero contradictoriamente las fortalecieron. Al descubrir que el talón de Aquiles de todos los gobiernos era las finanzas, entonces inflaron el poder monárquico y desprestigiaron el absolutismo marciano, ridiculizándolo. Induciendo revoluciones a la francesa e instaurando repúblicas o democracias débiles y endeudadas; débiles por fundamentarse en la carcoma y división de los partidos políticos; endeudadas por ser muy dependientes de un solo y nuevo poder monárquico invisible en todo el planeta Marte, el poder bancario.

Estableciendo así héroes de papel en las nuevas repúblicas que terminaron siendo muy útiles para ideologizar y subalternar a las milicias patriotas de las nacientes naciones republicanas, ingenuamente serviles a los propósitos y metas de las élites del planeta Marte, encarnadas estas últimas en el nuevo e invisible corporativismo marciano. Monopolizando también la industria bélica y aún la guerra; homogenizando estos dos mejores negocios en todas las naciones del planeta Marte, siendo ellos, los mismos y únicos dueños corporativos de los insumos de las naciones marcianas enemistadas y los beneficiarios de sus peleas. Establecieron el caos en todas las naciones, ese fue su tercer norte; todo con el fin de reconstruir y establecer, exclusivamente ellos, un Nuevo Orden Marciano.

Para lograr tales objetivos, era necesario aparentar que existían abismales competencias entre las naciones marcianas en disputa, lo lograron generando las diferencias. Financiándolas secretamente ellos mismos, a través de testaferros, en todo el planeta Marte, idealismos de ultraderecha y de ultraizquierda y aún los del centro, movimientos socialistas y fascistas, corrientes religiosas fanáticas y moderadas, incentivaron nacionalismos extremos, y de un modo especial sufragaron y desarrollaron los medios de comunicación de ambos bandos; estos últimos tenían como propósito principal, involucrar al marciano de a pie en estas creadas querellas, todo con la intención de desarticular o expropiar los diferentes aparatos productivos nacionales, que podían en un futuro constituirse en los eventuales competidores de sus exclusivos productos y finalmente de sus bancas internacionales.

Lucas Blanco Acosta dijo...

Indujeron inseguridad en todos los ámbitos, con el propósito de acaparar el movimiento del dinero y la venta y uso de armas, de este modo, a las diferentes naciones marcianas y aun a sus propios países, los sumergieron en grandes deudas, embargos, actos terroristas y autoterroristas, secuestros, delincuencia atroz, desabastecimiento de productos y fieras guerras. Se llegaron finalmente a debilitar todos, de tal modo que posteriormente terminaron destruyendo hasta los consumidores de sus exclusivos productos y aún el ecosistema y las materias primas del planeta. Al cabo, las guerras fueron nucleares y los daños impredecibles y desproporcionados, a tal punto, que desaparecieron sus océanos y ya se comunicaban por señales de humo, porque eso era lo único que abundaba.

Todo fue así, hasta que un marciano mordaz, entendió la estratagema de las Corporaciones marcianas y sus banqueros internacionales, y usó los accesibles medios de humo, ya no temiendo por su vida y la de los suyos, detalló a manera de cuento jocoso la artimaña de la banca marciana internacional. Se refirió alegóricamente al fin del planeta Mercurio, e hizo reír a los alienígenos, así finalmente también entendieron estos, los marcianos, que a los que ellos tenían por más piadosos del planeta, resultaron ser los verdaderos dueños del dinero y los monopolios, inductores del desastre marciano.

Poniéndose de acuerdos todos los sobrevivientes de diferentes naciones marcianas, invadieron con palos y piedras la única parte del planeta donde se podía sobrevivir, y que habían cedido a sus magnánimos destructores, la toma fue sencilla y no fue necesario usar sofisticadas armas, porque hasta ahora los privilegiados, adinerados y cizañeros marcianos que ostentaban esta predilecta zona, también estaban muy debilitados y fueron superados en número. Después producto de la devastadora destrucción del mundo marciano, por generaciones todo fue desesperanza, aun en esta protegida parte del planeta Marte, hasta la llegada de la sonda Espirit.

Ahora, ellos esperan ser rescatados por nosotros los terrícolas, pero según fuentes serias, sobre todo de ASOPOSA; y después de saberse todo esto en las altas esferas del planeta tierra; ha habido aquí, urgentes reuniones secretas entre la NASA, la CIA, el Pentágono, la KGB, la OTAN, el Banco Mundial, El FMI, la OMC, Al Qaeda, la ONU y el Vaticano; los cuales no están dispuestos a que se rescaten dichos esperpentos y muchos menos a difundir su historia, porque de ese modo se develaría la misma estrategia que tienen ellos montada en el planeta tierra desde hace siglos.



Lucas Blanco Acosta
www.cronicabiblica.com


PD: Aunque este informe intenta ser una entelequia, mayormente no lo es. De tal modo que si desea saber más sobre esta realidad, le invito a leer detalladamente mi exposición en la web: “La Conspiración Mundial de la Mafia X”.

Encuestas Candidatos Presidencia dijo...

Queinteresante articulo estoy totalmente deacuerdo, La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que unos 800 millones de personas en el mundo sufren de hambre y desnutrición, una cantidad cerca de 100 veces mayor que el número de personas que efectivamente mueren por esas causas al año.

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