COMUNICADO A LA SOCIEDAD VENEZOLANA E INTERNACIONAL

11.4.04

COMUNICADO A LA SOCIEDAD VENEZOLANA E INTERNACIONAL

NOTA: El presente comunicado fue emitido el día 11 de Abril de 2002 en horas de la mañana (horas antes de que ocurriese el golpe de estado en Venezuela). Consideramos que las afirmaciones aquí expresadas siguen siendo válidas para comprender la situación actual y actuar en consecuencia.


Nosotros, los abajo firmantes, profesores universitarios de la Universidad de Los Andes en Venezuela, nos dirigimos a los miembros de la sociedad venezolana y mundial para manifestar lo siguiente:

Nuestra condición universitaria nos impone el permanente ejercicio de la búsqueda de la verdad; ejercicio que debe ser realizado manteniéndonos apegados a los valores transcendentales de la humanidad; entre ellos, la defensa irrestricta del bien. Junto a la búsqueda y difusión del conocimiento y del arte, es labor propia del universitario la crítica del discurso favorable a la mentira y al engaño. Por eso creemos que en este momento conflictivo que vive el país, en el que los medios de comunicación han desatado una muy poderosa campaña de manipulación de la opinión pública en contra de lo que consideramos el bien colectivo de la sociedad venezolana, no podemos, en nuestra calidad de profesores universitarios, permanecer callados, sin expresar, aunque sea brevemente, nuestro descontento con ese proceso de ocultamiento de la verdad y de socavación del bien colectivo. En este sentido, consideramos que:

1) Durante el período supuestamente democrático iniciado en los años 60, muy especialmente, desde la década de los años setenta, la sociedad venezolana ha sido sometida a un despiadado proceso de saqueo de sus bienes públicos. No sólo el ingreso petrolero, propiedad de todos los venezolanos, ha pasado a muy pocas manos, sino que, en general, tanto las formas culturales tradicionales como las pocas semillas destinadas a sembrar una sociedad moderna (en el sentido de la “modernidad” surgido en la Ilustración) han sido devastadas para dejar en su lugar una cultura de pillaje y de alienante admiración por las formas más frívolas de la sociedad de consumo.


2) La doctrina y acción del Presidente Hugo Chávez representa una excepción y una esperanza dentro de ese proceso devastador. En efecto, creemos que el actual Presidente de Venezuela, elegido democráticamente por una aplastante mayoría de los electores venezolanos, tiene como propósito fundamental la restitución de un sistema democrático liberal, fundado en la igualdad de oportunidades, en el que todos los ciudadanos puedan tener igual derecho ante la Ley.

3) Desde que Hugo Chávez mostró sus ideas de justicia y sus intenciones electorales, fue enérgicamente adversado por los sectores más privilegiados de la población que durante años han obtenido jugosos frutos de la inicua distribución del ingreso petrolero y, por ende, de la miseria de una parte importante de la población venezolana. A pesar de las campañas de los principales medios de comunicación en manos de esas minorías privilegiadas, las proposiciones de Chávez ganaron 6 elecciones sucesivas mediante las cuales la mayoría de la población votante venezolana apoyó su proyecto.

4) Ahora, después de la aprobación de una serie de leyes cuyo propósito fundamental es la preservación del bien público (lo que no implica que carezcan de defectos corregibles sin alterar su espíritu democrático), algunos de esos sectores económicos y políticos que durante tantos años vivieron del pillaje de los bienes públicos de la Nación, constataron que no podrían anular las intenciones transformadoras de Chávez mediante los variados instrumentos de soborno y chantaje propios de las formas de poder desarrolladas en Venezuela durante estos años. Asimismo, el gobierno de los Estados Unidos pudo apreciar que Chávez podría ir más allá de su retórica nacional y representar un voz disidente internacional ante los desmanes imperiales y genocidas manifestados por ese gobierno después del pasado 11 de Septiembre. Ante la “amenaza chavecista”, se produjo la concertación de diferentes sectores económicos y políticos, nacionales e internacionales, con el firme propósito de derrocar el gobierno democrático de Hugo Chávez. El terreno donde se impulsa y despliega la acción derrocadora lo constituye una poderosa campaña mediática, cada vez más descarada en sus modos manipulatorios y en su programa de engaño masivo. Las medidas más importantes del programa derrocador han sido su intento por convencer a las fuerzas armadas venezolanas para que den un golpe de estado (hasta ahora fracasado), los paros nacionales promovidos por las cúpulas empresariales y sindicales, y, la más importante, la paralización de la empresa petrolera de la que vive el país.

5) Aceptamos que, aparte de una clara eliminación de los mecanismos represores de carácter político que siempre existieron en el país, de una muy acertada política internacional, de importantes reformas legales, y de algunas medidas concretas destinadas a reforzar la igualdad de oportunidades de la población (e.g. el enrolamiento escolar de casi un millón de niños que estaban fuera del sistema de educación formal), el gobierno de Hugo Chávez no ha logrado, hasta ahora, las transformaciones que el Presidente y unos pocos de los que lo acompañan se proponían. Pero no podía ser de otro modo. Ha tenido que luchar con dos enemigos implacables que se lo han impedido: 1) el furioso y continuo ataque de la oposición que lo ha puesto en una actitud defensiva. 2) la cultura del pillaje y de la holgazanería que no podía estar ausente en el propio gobierno nacional. Creemos que este último silente enemigo ha sido el más poderoso saboteador de las intenciones “chavecistas”; un enemigo que ha carcomido su propio gobierno desde el interior. Pero este enemigo somos nosotros mismos, esa forma cultural venezolana que es producto y agente de un terrible estado de injusticia. Por esta razón, el auténtico proceso de cambio es lento y penoso; y, obviamente, no depende simplemente de la buena intención y capacidad de un hombre que desempeñe el papel de presidente de la república. Depende, entre otros factores, de una sana voluntad política de esa clase media y alta que, en buena medida, se ha constituido en obstáculo para esas buenas intenciones.
6) Si el Presidente Chávez —el cual creemos que sigue representando una esperanza de justicia— es derrocado, tememos que el gobierno que le suceda no sólo mantendrá los defectos del gobierno actual, sino que se convertirá, debido a la reacción de una nueva conciencia de clase opresora, en el gobierno más represor y abusador del derecho de los oprimidos que haya existido en Venezuela en mucho años. Esto traerá como consecuencia una reacción por parte de la población oprimida y reprimida.

En consecuencia:


1) Rechazamos enérgicamente la huelga general decretada por los dirigentes de la federación empresarial FEDECAMARAS y de la Central de Trabajadores de Venezuela, CTV, así como todas la medidas de paro y sabotaje emprendidas por algunos miembros de la alta y media gerencia de Petróleos de Venezuela (PDVSA). Consideramos que se trata de medidas que están haciendo un daño irreparable a la población venezolana y que tienen por propósito fundamental derrocar, por medios no democráticos, el gobierno democrático del Presidente Hugo Chávez.

2) Rechazamos, aun más enérgicamente, la campaña de mentira y manipulación social emprendida por los principales medios de comunicación con el mismo fin.

3) Llamamos a la población venezolana a incorporarse a su vida laboral normal y a participar en un proceso de discusión democrática que permita una inteligente crítica de nuestras instituciones. Es necesario que discutamos, fuera del ambiente de la manipulación mediática, asuntos tales como la política petrolera, y, en general, la problemática nacional. En este sentido la universidad venezolana debería jugar un papel primordial.


Mérida, 11 de abril de 2002”
Reafirmado el 5 de Diciembre de 2002

Profesores de la ULA firmantes: Ramsés Fuenmayor, Jorge Dávila, Hernán López Garay, Alejandro Ochoa, Roldan Tomasz Suárez, Miriam Villarreal, Miguel Delgado, Luis Hernández, Elis Aldana, Juan Mendialdúa, Juan Carlos Villegas, Alba Díaz, Carlos Eduardo Cova Salaya, Jaime E. Péfaur, Edgar Iturriaga, José Cristóbal Valera Pérez, Héctor Aguilar, Abdel Fuenmayor, Akbar Fuenmayor Arocha, F. Eduardo Osorio, Hector Romero, Melva J. Márquez, María Begoña Tellería, Enrique Plata, Jesús Materan, Roberto Suárez, Franklin Vargas, Arturo Birbal, Maria Guerrero, Manuel Briceño, Franz Lee, Alba Diaz, Ernesto Flores, Hector Delgado, Addison Rios, Luis Guerrero, Ernesto Arends, Jacinto Dávila, Yris Martinez, Marco Parada, Abdel J. Fuenmayor A., Lorna Haynes, Gustavo Rivas, Maria E. Burgos, Juan Leal, Margarita M. de Sepúlveda, Ivan Mardones, Jesus Salcedo Miliani.

Otras personas que apoyan el presente Comunicado:José Contreras (Ing, MSc.), Luis Rangel (Ing. Electricista), Dolores Cuiñas (personal ATS ULA), Miguel Astorga (Ing. Civil), Jesús I. Ochoa (Ing. Sistemas), Antonio Berarducci (Sociólogo-Politólogo), Orlando Rausseo, Pedro Larez (Abogado), Carlos Betancourt (Militante), Yosmary Delgado, Jhonson Ghirardello, Jhon Jairo Montoya, Aracelys de Montoya, Yoslena Delgado, Mariselys Delgado, Marina Querales, Pilar Delgado, Migdalia Ojeda, Luis A. Bodenski, Jesus Zorrilla, Oscar Lopez, Fabian Mendoza, Humberto Uzcategui, Maria A. Perez, Larry Bello, Romulo Rodriguez, Carlos Diaz, Freddy Balzan (periodista), Humberto Márquez (Ing.), Rafael Longa (abogado), Dario DiZacomo (UNEFM), Julio Freitas (profesor UCV), Vanessa Davies (periodista), Ricardo Menendez (profesor UCV), Ernesto Lleras (Profesor universitario, Colombia), Palenque Colombia (Colectivo Franco colombiano), Victor Carrizales (profesor UDO), Rafael Matamoros, Ainhoa Mendialdua, Odalys López (Prof. UCV), Javier Arrúe, Maria E. Mansilla (prof. Universitaria, Argentina), Winston Orrillo (prof. Universitario, Perú), Diana Ovalles, Jesús Belandria, Igor Muñoz-Romo, Hector Lira, Daniel Alvarez, Ahmed Azzedine (Dinamarca), Julio C. López, Douglas Paredes (periodista), Anaclarisa Urteaga, Sergio Romano (Argentina), Jesus Belandria, Armando Cole (Chile), David Hernández (estudiante), Arsenio Romero, Javier Quintero, Eribel Marquina, Bruno Jerardino (Chile), Juan Haddad, Rafael Aguilar H.
Publicación Original: http://www.ing.ula.ve/~aleochoa/comunicado.htm

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