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Hay que juntarse al huracán de gente que está haciendo comunicación alternativa

30.1.12

En esta entrevista, el comunicador social y escritor venezolano José Roberto Duque habla de los medios de comunicación populares como alternativa a los medios de comunicación tradicionales. También expresa su punto de vista acerca del futuro de la revolución bolivariana en Venezuela.

José Roberto Duque es autor de varios libros muy conocidos en su país: “Salsa y control” (cuentos, Monte Avila Editores Latinoamericanos, 1996), “Guerra nuestra: crónicas del desamparo (1996-99)” (crónicas, Editorial Memorias de Altagracia, 1999), “No escuches su canción de trueno” (editorial Comala.com, 2000) y “Asesinatos que conmovieron a Venezuela” (El Nacional, 2002). También ha escrito dos bitácoras de referencia: El discurso del Oeste y Tracción de sangre.


PREGUNTA: Tú trabajaste como periodista en medios de comunicación como el diario El Nacional y el vespertino El Mundo, por ejemplo. Desde hace años, sin embargo, ya no colaboras con este tipo de medios. Me gustaría que explicases, si es posible, qué te llevó a abandonar la prensa tradicional y a buscar nuevos cauces para ejercer la comunicación social.

J.R. DUQUE: Yo decidí ser periodista hace 20 años y el ámbito en que se desenvuelve el país desde hace unos diez años para acá, también me afecta en lo personal. Yo trabajé en varias corporaciones de la información al servicio de intereses económicos. Luego di un salto desde los medios privados hacia la comunicación alternativa, primero por razones de fuerza mayor, y es que ya en ningún medio privado de este país me soportan.

PREGUNTA: Hablemos, entonces, de cómo ha cambiado el periodismo en Venezuela en esta última década.

J.R. DUQUE: El país que teníamos era respetuoso de la figuras mediáticas, de las grandes figuras que la televisión y la prensa nos vendían como sagradas. Pero hubo un momento de ruptura, que se dio aquí en Venezuela, más o menos, a partir del año 1999 y el año 2000. Ese fue el momento en que la gente empezó a darse cuenta de que no todo lo que decía la televisión y no todo lo que decía la prensa era verdad. Antes, cualquier cosa que se dijera a través de esos medios era considerado sagrado, casi indiscutible. Lo que un periodista dijera, o por escrito o a través de la televisión o la radio, aquí se consideraba verdad automáticamente. ¿Por qué? Bueno, porque desde que se instaló en la sociedad el periodismo profesional, se estableció un pacto tácito, un pacto de esos que llaman sinalagmático, un pacto según el cual el periodista dice la verdad y la sociedad le cree. Ese era un pacto que se mantuvo así durante unas cuantas décadas en Venezuela y en todo el mundo. Ahora, de pronto, en Venezuela, la opinión pública, la gente, el común de las personas se empezó a dar cuenta de que los periodistas mentían, de que eran seres con una ética muy vulnerable, gente cuya palabra era muy frágil y muy difícil de defender. Hasta que vino este personaje que llaman Hugo Chávez Frías y empezó a decirlo claramente. Dijo que los periodistas, en este país, son sirvientes al servicio de intereses económicos y es mentira que, si tú insultas a un periodista o lo interpelas, tú estás atacando a la libertad de expresión. Lo que estás es atacando a un sector poderosísimo que se vendió como dueño de la verdad durante muchos años. Entonces, roto ese pacto, la gente empezó a tomar posición. Venezuela, en este ámbito de los medios, se divide entre la gente que decidió seguir creyéndole a las corporaciones de la información y la gente que ha decidido cuestionarlas, o patearlas olímpicamente de una vez.
En el ámbito personal, yo he explorado muchas variantes de este ir en contra de lo que te dice la gran prensa. ¿Qué significa eso? Bueno, que yo decidí, no sólo pasarme al bando de los que cuestionan y dudan de todo, sino que he tratado de juntarme a esa avalancha de gente que decidió comunicar por su cuenta, sin ser periodista profesional.
Tú sabes que en Venezuela existe una ley que le impide al ciudadano común ejercer la comunicación social porque está reservada para los profesionales graduados en la universidad. Yo creo que hay que juntarse al huracán de gente que está haciendo comunicación alternativa y que ha explorado una cantidad de formas de hacer comunicación mas no periodismo. Es decir, antes nosotros creíamos que las únicas formas de comunicarnos masivamente eran la radio, la televisión y la prensa. La gente hoy está haciendo muralismo, está haciendo canciones, está haciendo hip-hop, está explorando formas artesanales e insólitas de comunicarse. (De Internet más vale que ni te hable, porque nos paramos a hablar tres horas aquí.) Yo ahora ando en esa onda de la gente que está utilizando formas de expresión raras.

PREGUNTA: Veo que diferencias claramente periodismo de comunicación. ¿Podrías matizar un poco más esa diferenciación?

J.R. DUQUE: Llamemos periodismo al ejercicio profesional de la comunicación social, en vista de que la ley llama periodista a todo el que estudia en una universidad y obtienen un título, o una licencia para ejercer una cosa que llaman comunicación social. Todos los periodistas son comunicadores, pero no todos los comunicadores son periodistas, esa es la diferencia. Hay mucha gente lanzada a comunicar mediante miles de géneros que se apartan del periodismo convencional que conocimos hasta finales de la década de los ‘90 del siglo pasado. Eso es lo que yo llamo comunicación popular o comunicación alternativa.

PREGUNTA: En Venezuela, se está debatiendo una ley para regular la comunicación alternativa y la comunicación en general. ¿Cómo te posicionas tú, qué visiones tienes al respecto?

J.R. DUQUE: A mí me parece un error intentar construir un edificio sobre las bases de uno que no queremos, sin haber destruido ese edificio que no queremos. Esa es una de las fallas de este proceso que se llama proyecto bolivariano –estamos hablando de la revolución venezolana. Nosotros queremos construir un estado revolucionario socialista, pero no hemos terminado de destruir el estado burgués capitalista que tenemos. Yo creo que ese error se está repitiendo en el ámbito de la comunicación. Nosotros tenemos una ley caduca que data del año 1972, a la cual se le introdujeron modificaciones en el año ‘94. Nosotros pretendemos legislar sobre la comunicación popular sin haber derogado la legislación anterior, la que regula el periodismo burgués. Me parece un dato que coloca sobre una pista fundamental, y es que incluso en el chavismo, que es donde se supone que están las corrientes de avanzada, la gente progresista, la gente que quiere romper con las estructuras del pasado, todavía hay gente que no se atreve a apartarse de la legislación y del sistema burgués anterior. Hay muchos chavistas que defienden la ley de periodismo del año ‘72 y eso se explica porque Venezuela no está dividida en chavistas y antichavistas. Venezuela está dividida en explotadores y explotados, todavía, hermano.

PREGUNTA: ¿Quieres decir que hay explotadores entre los que se han venido a llamar boliburgueses?

J.R. DUQUE: Sí. El término boliburgués los define muy bien. A esos tipos, que son chavistas, tú los ves en marchas diciéndole a la gente que se comporte como el Che Guevara, pero ellos se comportan como Rockefeller. Y, en el ámbito de las comunicaciones, hay gente que está dispuesta a defender un gremio que ya no tiene sentido, no tiene pertinencia histórica. Cuando el gremio de periodistas se fundó, tenía un sentido que los periodistas se agremiaran para enfrentar la voracidad de los empresarios de la comunicación. Pero ahora esto no tiene sentido porque el gremio de los periodistas se ha aliado a sus empresarios, a sus explotadores naturales, para ponerse en contra del Gobierno y, a veces, a favor del Gobierno también. Hay mucha burguesía dentro del chavismo y eso hace que uno, coño, prefiera dividir al país con otras categorizaciones. Para mí, el país no está dividido en chavistas y antichavistas. No. Está dividido entre ricos, aspirantes a ricos y los pobres explotados de siempre.

PREGUNTA: ¿Se podría considerar entonces que la legislación en materia de comunicación no es revolucionaria, sino reformista?

J.R. DUQUE: Uno tiende a creer que si las leyes van lento y son conservadoras, entonces el país es conservador. No. Lo que sucede es que casi siempre el Estado y sus leyes van más lento que los pueblos. ¿Cuál es el error, o sea, la ingenuidad que se está cometiendo? Creer que poniendo en la calle una ley entonces la sociedad se va a trasformar. Eso no es así. Tú no puedes legislar sobre una cantidad de gente que está comunicando por sus cojones. Todas las mañanas uno se levanta en Caracas y recorre las calles y se encuentra con murales nuevos producidos por gente y con mensajes que se están transmitiendo de manera no convencional. Eso es inlegislable. No puedes ponerle control a esa expresión que lo que está es desbordada.
Yo creo que, en materia de legislación y de redacción de leyes, vamos muy lentos y, en algunas ocasiones, vamos para atrás. Pero en materia de construcción efectiva de una nueva comunicación, ahí sí estamos muy adelantados porque eso no lo están haciendo los abogados, lo está haciendo la gente.
Mira, la Ley Resorte, que es la ley de responsabilidad social en radio y televisión, es una de las leyes más conservadoras y más retrógradas que hay, porque el Estado, pretendiendo controlar los contenidos y los ímpetus del enemigo histórico, las corporaciones de la información, ha terminado restringiendo cosas que no puedes restringir. Por ejemplo, esa ley prohíbe expresamente que se digan malas palabras o groserías antes de las once de la noche, es decir, tú no puedes decir ‘coño’ por televisión a las diez de la noche, porque eso puede afectar la salud mental de los niños. ¡Coño, hermano, que Venezuela es uno de los países con una más alta tasa de embarazo, que hay unas carajitas desde los once años fornicando y se escucha un género maravilloso que se llama reggaetón, y no puedes decir ‘coño’ porque hay una ley que lo prohíbe! Eso me parece un desfase horrible y revela una mentalidad conservadora. El Estado, que legisla, va por una parte, va muy lento y a veces va para atrás; y en la calle lo que tenemos es un pueblo desbordado, gente maravillosa diciendo lo que le da la gana a toda hora.

PREGUNTA: El hecho de que cada vez más gente se incline por medios de comunicación alejados de la prensa, ¿no estará indicando que los medios de comunicación tradicionales no son medios de avanzada en la Venezuela revolucionaria de hoy?

J.R. DUQUE: Cuando te hablaba del pacto aquel que se rompió, me refería también a esta otra cosa. En Venezuela, todo el mundo sabe lo que va a encontrar en la prensa que está al servicio de las corporaciones, esa gente no necesita ser adoctrinada ni mediatizada; y lo mismo ocurre con la gente que lee El Correo del Orinoco y Diario Vea. Cada uno tiene su público cautivo. Lo que quedaron atrás, hermano, fueron los tiempos en los que la gente iba ingenuamente a un quiosco, se sorprendía con una noticia y, entonces, a medida que iban corriendo los asombros, se iba creando eso que llamamos una corriente de opinión. Que un periódico afecte o modifique a la opinión pública, eso pasaba antes, ahorita no pasa. Nadie se deja impresionar con un titular escandaloso o sensacionalista. La gente ya no se asombra por eso, la gente ya sabe lo que va a conseguir en los medios.

PREGUNTA: No obstante, yo he escuchado desde sectores afectos al proceso, por así decir, que habría que establecer algún tipo de regulación para que determinados medios no abusen del sensacionalismo. En Mérida, por ejemplo, el diario Pico Bolívar suele desplegar en su última página el crimen de turno con fotografías sangrientas y, si pueden estar los sesos esparcidos por la acera, mucho mejor. Luego, en la antepenúltima página, si mal no recuerdo, siempre tiene una tipa luciendo palmito, casi desnuda.

J.R. DUQUE: Y hay periódicos que tiene a la tipa en bolas y el cadáver al lado.

PREGUNTA: Yo he encontrado mujeres progresistas que consideran una ofensa a la mujer esta explotación de su imagen y son partidarias de legislar restrictivamente.

J.R. DUQUE: Esas opiniones yo las he oído mucho y las hemos debatido de manera sangrienta en estos años en Venezuela. A mí me parece que lo que revelan es el miedo de alguna gente a no tener capacidad de respuesta para contrarrestar esas vainas. Ah, tú quitas de la última página a la mujer y al cadáver y ¿a quién vas a poner, a Marx? ¿Vas a poner un discurso de María León, la flamante Ministra de la Mujer, y con eso a la gente se le va a modificar la conciencia? Ese es un error de perspectiva gravísimo que se traslada a otros ámbitos. Hay gente que cree que si tu prohíbes el reggaetón y empiezas a ponerle 24 horas a Alí Primera, entonces la gente se va a volver comunista. Sí, la gente cree que si tú difundes la Biblia 24 horas al día, la gente se vuelve católica. A mí eso me parece, lo primero, de un conservador que espanta, pero también de un candor que da risa. Esas batallas no se ganan así. Una vez discutíamos y a mí no se me ocurrió manera mejor de ilustrar mi punto de vista que decir, coño, el enemigo tiene unos cañones, unas ametralladoras, unas armas ¿no? Tú no tienes que prohibirle que use esas armas, lo que tienes es que disparar mejor con las tuyas, hermano. Ese es el método, tratar de disparar con mensajes más efectivos. O tú haces una revolución violenta y le arrebatas sus cañones, o dejas que hablen.

PREGUNTA: La falta de efectividad mediática de los mensajes gubernamentales es un tema que me señaló hace un tiempo, en una entrevista, Lee Salter, senior lecturer en la Universidad de West England e investigador acerca de la cobertura que la BBC hace de noticias relacionadas con Venezuela. Salter dijo que él observaba que la transmisión de mensajes, desde una perspectiva bolivariana, era menos efectiva que desde la perspectiva contraria y eso influía negativamente a la hora de presentar el proceso político que se está viviendo aquí como un proceso vinculado a intereses que son comunes a la humanidad, como son la vivienda digna, como es la alimentación para todos, como son la educación y la sanidad universales. No ser capaces de transmitir eso implica que no se cosecha el apoyo y la solidaridad que se cosecharían, por ejemplo, a nivel internacional.

J.R. DUQUE: Sí. El conservadurismo de muchos compas que tienen cargos de responsabilidad en la difusión de mensajes nos ha hecho mucho daño y le hace mucho daño al Gobierno. Ahora, hay una desventaja que juega en contra del gobierno bolivariano, y es que si tú sacas a la calle una publicación donde todas las noticias son buenas, eso es sospechoso.
Pero la actitud conservadora es esta: los medios privados, las corporaciones de la información decidieron un día decir que todo lo que está haciendo el Gobierno bolivariano es malo, es perverso, es horrible, que este país se está destruyendo. Entonces nuestros genios de la comunicación han impuesto la visión de que la forma de contrarrestar eso es decir que todo está bien en el país. Y cuando tú juegas así, hermano, tú estás en el mismo juego del enemigo y tú vas a perder siempre, porque vender buenas noticias es más difícil que vender malas noticas.
Hace poco, hace como dos semanas, por ejemplo, la noticia del día fue que la leche que se vende en Mercal, que son los abastos que venden más barato en Venezuela, en teoría, pasó de costar BsF 7.90 el kilo de leche en polvo a costar BsF 16 (1 Dólar = 4,29 BsF). Es decir, un martes estaba a BsF 7.90 y al día siguiente estaba en más del doble. Bueno, ¿tú eres un genio de la comunicación? Explícale a la gente que eso es una buena noticia. ¡Échale bolas! Hay noticias que son malas, que son chimbas malucas y no puedes ni ocultarlas ni disfrazarlas para que parezcan buenas. Hay una tercera opción que es explicarla, pero hay una explicación que el común de nuestra gente no se cala. Tú y yo sabemos que ese cuento de la leche obedece a una mecánica mundial cuyo titular es: “El capitalismo está en proceso de descomposición y de destrucción”. Nosotros sabemos que eso es así, pero ¿cómo le explicas eso tú a una señora pobre que tiene cinco muchachos? ¿Tú le vas a decir: “tranquila, cuando se termine de pudrir el capitalismo a nosotros nos va ir bien”? No. Hay explicaciones que tú no puedes dar porque vas a hacer el ridículo. Esa es la desventaja que opera en contra del gobierno de Chávez. Hay cosas que no son su responsabilidad y que no son buenas noticias.

PREGUNTA: ¿Y qué crees que le depara el futuro a la revolución bolivariana?

J.R. DUQUE: Coño… Mira, el gobierno de Chávez es finito. El gobierno de Chávez va a cesar en función algún día. Hugo Chávez se va a morir, ¿no?

PREGUNTA: Bueno, desde que le diagnosticaron el cáncer, parece que ha cambiado la consigna de “patria, socialismo o muerte” a “patria, socialismo, viviremos”…

J.R. DUQUE: Nuestro gran defecto como pueblo chavista –y vamos a hablar del conglomerado de gente que es chavista– es creer que la revolución, eso que llamamos revolución, consiste en que Chávez es presidente. A muy poca gente le gusta que uno le diga: ¿qué vamos a hacer después que no esté Chávez? Porque Chávez se va a morir. Es posible que gane estas elecciones y las que vienen y las del 2030, pero en el año 2150, ¿vamos a seguir contando con Chávez? No estamos preparados para el momento en que el tipo no esté en el poder y eso me parece, verga, primero de una peligrosidad del carajo. Es peligroso porque cuando tú tienes 40 años y todavía vives con tu papá y tu papá se muere, a ti te va a ir muy mal. Y segundo, me parece muy triste que, en la dirigencia chavista, ese tema sea tabú; que nadie esté discutiendo sobre el momento inevitable en el que la revolución venezolana va a tener que seguir aun sin Chávez. ¿Cuál es mi análisis al respecto? Bueno, que Chávez algún día o se va a morir o va a perder unas elecciones y la revolución en Venezuela va a tener que continuar, pero en las condiciones en las que se estaba haciendo antes, es decir, en la clandestinidad, bajo acoso del enemigo, bajo asedio implacable, bajo represión. Así va a tener que continuar la revolución venezolana. Y esta etapa que se llama Gobierno bolivariano, bueno, la recordaremos, rescataremos lo mejor y desecharemos lo peor para que la continúen nuestros nietos. Pero lo que íbamos a hacer nosotros con el nombre de revolución, ya lo hicimos y fue este esperpento deforme que tenemos. Listo, nuestra generación ya lo hizo. Punto. Veremos lo que hacen las que vienen.

PREGUNTA: Eso es un poco descorazonador.

J.R. DUQUE: ¿Por qué? No…

PREGUNTA: En su primer discurso después de la quimioterapia, Chávez dijo que había que avanzar para conseguir que el proceso revolucionario fuera irreversible. Pero los procesos políticos, ¿no son siempre reversibles, aunque hayan durado 12 años o más?

J.R. DUQUE: No, lo que pasa es que tiene repliegues y avances. Creo que también hay una visión muy corta acerca de los que es una revolución y tiene que ver con un sentimiento muy egoísta. Yo quisiera que todos los cambios que imagino para una revolución se dieran conmigo en vida, porque yo quiero disfrutar de eso, pero las sociedades no son así. Las sociedades hacen experimentos largos, largos para uno, porque uno vive de promedio 70-80 años y uno se muere, pero las revoluciones continúan. Así es como hay que ver el proceso venezolano. Nosotros tuvimos 12 años de un experimento maravilloso. Ahora, ese experimento se va a interrumpir, pero no se detiene para siempre, ese experimento va a continuar seguramente dos generaciones después. Entonces la gente mirará para atrás con ternura y dirá, coño, estos maricos la cagaron aquí, cometieron estos errores, pero, verga, hicieron estas vainas buenas, vamos a mejorarlas, vamos a desechar lo malo y a quedarnos con lo bueno. Y lo mismo le pasó a la Unión Soviética. La Unión Soviética hizo unos avances maravillosos a favor de la humanidad, pero también hizo unas vainas espantosas que no hay que volver a repetir. Bueno, para eso sirvió ese experimento; y la revolución china y la cubana, igual. Esos experimentos que te mencioné duraron entre 50 y 70 años; la nuestra tiene 12 años. Si uno lo ve en términos del individuo, sí, uno de deprime y se descorazona, pero después de que yo me muera este pueblo continúa vivo, chamo, ¿no? El tiempo del ser humano es corto y el de las sociedades es lento y larguísimo.
Hay un compa que lo ilustra de una manera muy implacable pero muy de pinga, para la gente que se decepciona de por donde ha ido la revolución venezolana. El pana se llama Ramón Mendoza y dice: “Coño, dale, yo tengo una revolución en la cabeza, todos tenemos una idea de lo que es una revolución en la cabeza. Ahora, las sociedades producen otra revolución que no es la que yo tengo en la cabeza, entonces ¿qué voy a hacer, voy a seguir soñando con la mía? No, yo me adapto.” El ejemplo que pone el pana es este: “Coño, yo me quiero coger a Shakira, vale, yo me quiero coger ese culo, es mi sueño, huevón, pero la vida me puso en el camino a Matilde, que es una muchacha gordita, coño, yo tengo que echarle bolas con Matilde, no puedo estar toda mi vida soñando con Shakira”.
Uno tiene que echarle bolas a lo que la historia le puso en el camino. Hay que soñar otra sociedad, sí, pero la que hay es esta y yo soy chavista por eso. Esta verga tiene errores por coñazo, errores ridículos, errores que dan mucha arrechera, pero esta es la revolución que nos tocó. Vamos hasta que dure esta mierda, hasta que nos barran por los errores de otros.

Esta conversación con José Roberto Duque tuvo lugar en los jardines del Museo de Bellas Artes de Caracas, el 19 de Noviembre de 2011, a las cuatro de la tarde.


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Prohibido Olvidar! Aporrea.org

26.4.11

La “historia” contada por la burguesía y también la versión “oficial de la burocracia institucional y política, sobre los acontecimientos del 11 al 13 de Abril de 2002, “invisibilizó”, cada una a su modo, a esos actores sociales colectivos, organizados y autónomos, que se movilizaron y dieron la batalla para enfrentar el golpe de Estado, defender el proceso revolucionario y recuperar la democracia en Venezuela.

De ambos lados, lo que se muestra es a “las masas” o al “pueblo”, de manera general y anónima, según la visión de cada quién, y sobre todo, a las figuras políticas y militares que actuaron en la superestructura. Eso impide observar el papel que juegan sectores de la base popular que actúan de manera espontánea pero organizada, aunque esa participación orgánica sea coyuntural.

La Asamblea Popular Revolucionaria (APR)
Cuando en la segunda semana de abril ya estaba en curso el golpe de la derecha y el imperialismo, hubo un espacio de concurrencia del movimiento popular caraqueño que vio el peligro y se esforzó en convocar y mantener la movilización para la defensa de Miraflores (palacio de gobierno). Una de las instancias principales, alrededor de la cual se congregó la resistencia, fue la Asamblea Popular Revolucionaria (APR). De su seno surgió el exitoso Sitio Web de comunicación popular y alternativa Aporrea.org

La APR se había constituido, fundamentalmente, para enfrentar esa ofensiva, con la participación de integrantes de los grupos populares, culturales y de trabajo comunitario de los barrios caraqueños, comunicadores de las radios comunitarias, activistas sindicales, miembros de las organizaciones locales de vecinos y de los Círculos Bolivarianos, gente de las redes sociales que hacían vida en la capital venezolana.

La situación pre golpe
Había un paro patronal y de la mafia sindicalera de la CTV, que se prolongaba con una gran marcha de los sectores sociales acomodados, de la clase media alta y del conjunto de la burguesía. Todo era impulsado con la más perversa manipulación mediática por parte de los dueños de la televisión, radio y prensa privada, con tácticas de guerra de IV generación, con la tesis de que había en el país una “dictadura fidelista” y había que recuperar la democracia. Era la coartada, para enmascarar un golpe militar con una movilización de masas que permitiera mostrarle al mundo la apariencia de que a Chávez lo tumbaba el pueblo.

El gobierno no tenía la orientación de llamar a movilizar, argumentaba que la situación estaba "controlada" y decía que había que evitar confrontaciones violentas o sangrientas. Pero la conspiración procedía también de adentro y allí no percibían bien lo que se veía venir. Por eso, se desmovilizó a la gente y se inhibió a la más potente herramienta de combate que podíamos tener: las masas populares en la calle.

La Fuerza Armada estaba en ese momento neutralizada por los mandos traidores al proceso y el pueblo era la única salvación. La superestructura política prefirió confiar en el propio aparato del Estado, que ya se encontraba minado, y ese fue un fatal error.

El papel de la APR
La APR se venía reuniendo en el Patio de Los Leones de la Alcaldía de Caracas, en el Salón Andrés Eloy Blanco, frente a la Plaza Bolívar de Caracas. Se realizaban intensas jornadas de discusión y actividades para mantener al movimiento popular en estado de alerta en zonas claves.

Hubo desesperados contactos para persuadir al gobierno y que pusiera todos sus resortes al servicio de la movilización del pueblo en defensa del presidente Chávez, pero el criterio gubernamental era que debíamos mantenernos en calma y dejar las cosas en sus manos. La noche antes del golpe, el propio Ministro de Defensa (JVR) insistía en que permaneciésemos en nuestras casas, que no cayéramos en provocaciones, que todo estaba “normal”, mientras tenía a los golpistas pisándole los talones.

Esa misma noche, la APR se mantuvo en vigilia, moviéndose activamente con sus comisiones de trabajo, electas en las sesiones de la Asamblea. En la madrugada del 11, con el golpe encima, los colectivos integrantes de la APR distribuimos cerca de 100 mil volantes en los barrios y se llamó por todas las vías posibles a que el pueblo se concentrara en Miraflores, con el objeto de interponer un “tapón popular” que impidiese el asalto de la sede del gobierno por la marcha opositora.

Importancia del “tapón popular” del 11 en Miraflores y la irrupción del pueblo el 13 de Abril
Ese “tapón popular” en Miraflores obstaculizó los planes del golpismo, que al no poder asaltar el gobierno con su “sociedad civil” echó mano a fuerzas policiales bajo su control, como la Policía Metropolitana, responsable de la masacre de Puente Llaguno, donde cayeron muertos y heridos varios de los activistas de la APR que se encontraban ofreciendo resistencia en la zona. Fue la acción criminal que luego trataron de achacarle al presidente Chávez, para hacer ver, falsamente, con la magia de la maquinaria mediática golpista, que los que estaban en ese lugar eran opositores y que el gobierno los estaba asesinando.

El golpe triunfó brevemente, y por dos días imperó una dictadura represiva, pero los que resistieron en Miraflores hasta altas horas de la noche del 11 conservaron en buena medida su comunicación y su coordinación, lo cual les ayudó a empalmar con la respuesta popular masiva del día 13. Al combinarse con la intervención de sectores militares leales, permitió el rescate de Chávez y la recuperación del gobierno.

La insurrección cívico-militar derribó a la dictadura fascistoide del golpismo y restituyó a Chávez en el poder, restableciendo también la vigencia de la Constitución Bolivariana y de las libertades democráticas.

Recuperamos lo que habíamos perdido pero no aprovechamos para ir por más
Aunque el pueblo recuperó los espacios arrebatados por el golpismo, no hubo una dirección capaz de llevarlo más allá. El movimiento popular, por ejemplo, rodeó a los medios incursos flagrantemente en el golpe de Estado, pero no dio el paso siguiente que debió adoptar: tomarlos bajo su control. Era la ocasión de destruir el viejo Estado burgués, si hubiésemos tomado todas las instituciones permeadas por el golpismo y hubiésemos establecido sobre ellas el poder popular.

El gobierno, desconcertado, no terminaba de asimilar la lección de que había que apoyarse en el pueblo y aprovechar la coyuntura para avanzar hacia la profundización de la revolución, terminando de desarticular a la derecha y avanzando hacia el control popular de nuevos objetivos. Se impuso la línea del “diálogo” con los golpistas, se les dejó en la impunidad y se perdió una gran oportunidad.

Ocurrieron cosas extrañas, que no cuadraban con el resultado de una contraofensiva victoriosa sobre el golpe. Los golpistas que se hallaban dentro de Miraflores, en vez de ser detenidos y llevados a juicio, fueron puestos en libertad sin cargos. Los Defensores de Puente Llaguno, que se enfrentaron a la PM para defender al pueblo bolivariano, capturados por los golpistas y calificados como “pistoleros” y “asesinos”, miembros de “círculos del terror”, en lugar de salir inmediatamente en libertad como héroes, permanecieron presos durante dos años. El Tribunal Supremo de Justicia, impasible ante el repudio popular dictaminó que no había sido un golpe de Estado sino un “vacío de poder”. Los gerentes golpistas de PDVSA de “Gente del Petróleo”, que habían sido despedidos por el presidente Chávez, fueron restituidos en sus cargos (lo que les dio la oportunidad de organizar el nuevo golpe con el paro-sabotaje petrolero). ¿Por qué ocurrió todo esto si triunfamos el 13 de abril?

La explicación más probable es que haya habido un sector militar y político del golpe que no encontró otro remedio que devolverse y negociar, con Chávez como rehén, cuando la sacudida popular y la actuación de militares leales cambió la correlación de fuerzas. Recordemos las conversaciones posteriores con Cisneros, que fue uno de los principales factores del golpe y luego bajó el perfil. Por consiguiente, impusieron algunas importantes condiciones; y el golpe derrotado, de alguna manera se prolongó más allá de su derrota y… también, de alguna manera, sobrevivió, impidiendo que la revolución bolivariana diese el gran salto que podría haber dado en ese momento hacia la consolidación del poder y la aplicación de un programa radical antiimperialista y de transición al socialismo. ¿Qué papel jugaría en esto la presión de los gringos?

Todo quedó revuelto, pero la “normalidad” recuperada adormece a la efervescencia revolucionaria
Después del 13 de abril, la tarea principal de la APR fue ayudar a la organización del poder popular, promover redes, asambleas locales y generales y consensuar un programa de lucha que apuntara a aplastar definitivamente a la conspiración oligárquica de la derecha. Por eso insistió mucho en el juicio y castigo a los golpistas, el control social sobre los medios de comunicación que continúan auspiciando al golpismo y la expansión de las comunicaciones alternativas comunitarias, el reconocimiento del movimiento popular como actor protagónico a tomar en cuenta en las decisiones políticas del gobierno, la profundización del proceso de cambios sociopolíticos y económicos en favor de los trabajadores y de las grandes mayorías populares.

Para esto impulsó un Encuentro Nacional de Organizaciones Populares que se hizo con el presidente en septiembre de 2002 y se le presentó una plataforma de lucha emanada de la base. Su principal propósito era contribuir a que la gran fuerza de la insurrección se mantuviese, con la disposición permanente a la movilización como clave del proceso, con objetivos políticos que permitiesen desarrollar el poder del pueblo y terminar con el peligro fascista, abriendo camino a la liberación y a la revolución transformadora por la independencia y contra la "globalización" capitalista.

Pero en este Encuentro, los factores político-burocráticos del aparato estatal, apostaron a la desarticulación del movimiento popular autónomo y buscaron supeditarlo a directrices institucionales, lo que sembró conflictos en su seno y lo llevó nuevamente a su dispersión. Posteriormente, cuando vino la segunda oleada golpista del paro-sabotaje petrolero, la gente que se reunía en la APR se reagrupó en lo que se llamó durante esa coyuntura Coordinación de Organizaciones Populares de la Gran Caracas. Como muchas otras instancias coyunturales, esta también se disolvió tras la derrota del sabotaje y la recuperación de la “normalidad”.

Consecuencias del 13 de Abril y necesidad de un 13 permanente
El golpe del 11-12 de abril fue como suele decir Chávez, parafraseando a Trotsky, el “látigo de la contrarrevolución” que provoca el reimpulso de la revolución, que la radicaliza. A pesar de las tendencias conciliadoras que buscaron moderar la situación, la fuerza de esta gran acción del pueblo, aunque no le condujo a tomar todos los resortes del poder, fortaleció enormemente a la revolución y debilitó las posiciones de la burguesía y el imperialismo. A partir de ahí y de la derrota del sabotaje petrolero, vino el surgimiento de la UNETE, se lanzaron las Misiones, se avanzó hacia la proclamación del proceso venezolano como una revolución antiimperialista y de orientación socialista, y más adelante tuvimos la posibilidad de iniciar algunas experiencias de control obrero, con la toma y recuperación de empresas, nacionalizaciones y otras nuevas conquistas.

Pero en lo que las masas dejan la calle, los factores burocráticos de la institucionalidad democrático-burguesa, aún imperantes en el Estado venezolano, a pesar del proceso revolucionario, tienden a irle confiscando sus conquistas al movimiento obrero y popular y lo van deteriorando todo, minando el ánimo del pueblo y creando nuevas condiciones favorables para el golpismo militar y/o para el desgaste electoral.

La conocida consigna “Todo 11 tiene su 13”, salió por primera vez de las gargantas del pueblo en el Encuentro Nacional de Organizaciones Populares, promovido entre otros factores por la APR y que se hizo con la presencia del presidente Chávez en septiembre de 2002. Su formulación original fue: “¡Si vienen como el 11, saldremos como el 13”!

Luego apareció otra consigna que no fue recogida y que es clave para la defensa y profundización de la revolución venezolana: “¡13 permanente, para que no vuelva el 11!”


* Gonzalo Gómez Freire, es co-fundador de Aporrea.org, surgida de la resistencia al golpe de 2002. También es co-editor del periódico de la corriente Marea Socialista y de la revista Comuna.

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José “Cheo” García

16.11.08

José Ernesto García Mavo, nace en Dabajuro, estado Falcón un 16 de Octubre de 1975. Sus padres deciden mudarse a la ciudad de Valencia cuando "Cheo" tenía muy corta edad, específicamente al Sector 3 de la Urbanización las Agüitas en el municipio Los Guayos donde creció y se formó como joven preocupado por su entorno.

Se gradúa de bachiller en Ciencias, y su inquietud de formación lo traslada a la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, donde cursa estudios de Ingeniaría en Electrónica, título que alcanza en 1998.

En 1999 vuelve a Valencia, donde inicia la lucha organizada contra el capitalismo y desarrolla sus visiones socialistas. De esta forma se involucra directamente con los ideales y programas emanados de la presidencia de la República encabezada por Hugo Chávez.

En una de sus primeras luchas funge como fundador del Circulo Bolivariano "Tribu Tacarigua" en el municipio Los Guayos; organización que le abre las puertas a nivel municipal, dándolo a conocer en diversas jornadas de formación ideológica y política. Se mantiene en la lucha y en el año 2002 durante el Golpe Petrolero, atentado del capitalismo e imperialismo opositor intentan contra el país, se integra al Colegio de Ingenieros del Estado Carabobo siguiendo los mandatos del máximo líder Hugo Chávez, y promovió y convocó a los profesionales comprometidos con el Venezuela para salir de aquel abismo de diciembre. Desde allí organizó la ONG "Profesionales por el Progreso de Los Guayos", ayudó en la recolección y asignación de personal calificado a la nueva PDVSA. Igualmente fuefundador del Movimiento Revolucionario Popular en su comunidad.

Se desempeñó como Secretario de la Organización Tupamaro en el Municipio Libertador, participó el los Comando Ayacucho y Maisanta, fue comisionado de U.B.E en el Municipio Los Guayos, perteneció al Consejo Comunal del sector 3B de las Agüitas, Organizó grupos deportivos y culturales juveniles para el rescate de los espacios de recreación en las agüitas. Así mismo fue secretario de organización del movimiento Tupamaro de la dirección regional de Carabobo, candidato a concejal del municipio los Guayos en el 2006, Militante del Batallón Jorge Rodríguez (Padre) de la Circunscripción 093 del Municipio Los Guayos.

Trabajó desde el 2003 en el Instituto Universitario de Tecnología de Valencia donde impartió clases en los departamentos de Informática y Electricidad. "Cheo" García compartió la lucha revolucionaria con docentes, obreros, administrativos y estudiantes, apoyando organizaciones y movimientos estudiantiles cónsonos con el plan de gobierno. Como docente fue presidente del Sindicato Bolivariano de Profesores del IUTVAL, y generó luchas gremiales encomiables en pro de la justicia social de toda la comunidad Iutvista, del mismo modo estuvo involucrado como facilitador y coordinador municipal en la Misión Sucre en Los Guayos.

Esto entre un sin fin de cualidades y virtudes que acompañaron a quien en vida fuera una gran hombre, hijo, hermano, padre, amigo, camarada, luchador, esposo, profesional y tal vez se nos olviden muchas para no alardearlo tanto por que eso nunca le gustó.

A este pilar de la sociedad y de la revolución le sobreviven su madre Biterva, sus hermanos Samuel, Julio, y Mariluz, su adorado Hijo José Daniel, su querida esposa Maydelin, docenas de hermanos de sentimientos y centenares de amigos agradecidos con dios y con la vida por haberlo conocido.

Francisco Morales Malavé, presidente Centro de Estudiantes "Gilberto Peña" del IUTVAL.


“Yo estoy resteado con esto, me mataran por la revolución y por no abandonar a mi presidente”…
Cheo García +01-08-2008

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