En
Kenia, en la región central del
Valle del Rift continuan los enfrentamientos violentos entre los kikuyus seguidores del presidente keniano
Emilio Mwai Kibaki (PNU) y los kalenjin* quienes apoyaron en las elecciones de diciembre pasado al partido político encabezado por
Raila Odinga.Odinga acusa al presidente, Mwai Kibaki, de haber robado las elecciones presidenciales de diciembre, en las cuales ganaron por mayoría los escaños parlamentarios: ODM ganó 99 diputados y el PNU obtuvo 43 diputados. Llamó a la Unión Africana a no reconocer al mandatario.
Desde que comenzaron estos disturbios el mes pasado, han muerto más de 800 personas y unas 250 mil abandonaron sus hogares. Más 179 personas murieron desde el pasado jueves en el oeste de Kenia, escenario de violentos enfrentamientos en un contexto de "violación sistemática" de los derechos humanos, en palabras de Kofi Annan. Según fuentes policiales, los enfrentamientos desataron nuevas acciones en el occidente de este país africano.
La violencia ha pasado desde una casa quemada con personas adentro (30), asesinatos tras atracos (2), heridos mortalmente con machetes y otros objetos (9), ataques de la polícía (17) y enfrentamiento entre bandas rivales. Los hospitales no se dan abasto para atender a los pacientes.
Pese al toque de queda impuesto en Nakuru, la violencia sigue y se les suman otras más viejas que el poder central no logró solucionar desde la independencia del país en 1963: el conflicto de la propiedad de la tierra que regularmente desembocan en graves estallidos en la región. La Unión Europea amenazó este lunes con cortar su ayuda a Kenya en caso de que continúen los actos de violencia post-electoral y las partes enfrentadas no lleguen a un pacto para comenzar un proceso de paz.
"El ODM enfatizó las crasas inequidades en Kenia. Llamó a una renovada guerra contra la corrupción. Y comenzó un entendimiento con la comunidad musulmana de Kenia para ponerle un alto a las entregas de “terroristas”. Fue obvio que el programa le gustó a los votantes, pero no a Kibaki. Así que se robó la elección. Y Estados Unidos y Gran Bretaña hacen un gran intento por que funcione su hurto electoral". Wallerstein
¿Qué fue lo que ocurrió? Immanuel Wallerstein, en su artículo titulado ¿Democracia estable o desbarrancamiento? lo explica claramente:
Si comenzamos por la situación inmediata, parece bastante claro que el partido político de oposición –Movimiento Democrático Naranja (ODM, por sus siglas en inglés), encabezado por Raila Odinga– barrió las elecciones parlamentarias, y el partido gubernamental –el Partido de Unidad Nacional (PNU), encabezado por el presidente saliente Mwai Kibaki– sufrió una derrota importante. El vicepresidente de Kenia y más de 20 ministros del gobierno saliente fueron derrotados en las candidaturas parlamentarias. El PNU obtuvo 43 diputados, menos de una quinta parte de los escaños, mientras el ODM ganó 99.
Era razonable pensar que Odinga le ganó a Kibaki en la elección presidencial. Pero después de tres días de conteo, la comisión electoral aseguró que Kibaki se había colado de nuevo. La inmediata reacción en Kenia fue que Kibaki se robó la elección. Su furtiva toma de protesta como presidente el día 30 de diciembre, su negativa a permitir que un mediador externo serio revisara la situación, las abiertas dudas de los observadores internacionales, todo parece apuntar a un intento suyo por crear un fait accompli con la esperanza de que el alboroto se muera pronto. ¿Será así?